miércoles, 11 de junio de 2008

Sin título



El reloj mide un tiempo desaparecido. Un tiempo que se necesita, se pierde o no se tiene. Un tiempo que indica cuando un día nuevo pero igual a todos los anteriores comienza. La rutina es cumplida a gran velocidad. Hay que estar yendo y viniendo constantemente porque nunca se llega a llegar. La actividad exaltada es valorada como un fin en sí mismo. No importa qué, cómo o para qué mientras el frenesí desbocado no se detenga (sobre todo si los demás lo ven o se enteran). Los sujetos circulan como bytes, mercancías y capitales. En la muchedumbre amontonada nadie conoce a nadie porque no hace falta. La uniformidad se impone. Todos vociferan que hacen lo que quieren y misteriosamente todos quieren lo mismo. Las obligaciones se disfrazan de derechos, necesidades o deseos.

Como si fueran productos elaborados en serie, que no por homogéneos impiden segmentaciones abarcadoras del mercado, los individuos se etiquetan. No se vive como una imposición exterior, por el contrario, lo internalizado se percibe como asunción de una voluntad hecha cuerpo que clama por expresarse. Las determinaciones están allí para que todos las vean pero nadie quiere o puede hacerlo y ni mucho menos cuestionarlas, intervenirlas o modificarlas, en parte, porque ¿qué puede ser suficientemente fuerte ante el irresistible e imponente discurso de la libertad?

El cuerpo es un cuerpo extendido, virtual. Celulares, wifi, notebooks, palms. La tecnología digital borra las fronteras espacio- temporales produciendo una escisión entre comunicación y corporeidad. Aquí y allí, ahora y siempre. La Sociedad de la Información es una sociedad hiperconectada, online, multitasking e imbricada de potencialidades pero incomunicada y desinformada. La información comprimida y veloz, que está en todas partes a la vez, escapa a la reflexión precisamente porque el tiempo ha sido abolido. El bombardeo espectacular(izado) y fragmentado es un patchwork, un collage al que podemos agregar una pieza. El “broadcast yourself” es posible por la digitalización y el acceso a las tecnologías. La crítica diluida en un mar revuelto de datos inconexos debe entonces encontrar oportunidades de invención.

Lost como un microscópico exponente de la complejidad, de la densidad de datos interrelacionados que sobrepasan las respuestas totalizadoras. La intriga coral, los flashbacks o flashforwards mezclados con el presente, las difusas piezas de un rompecabezas que no se termina(rá) de armar, la aventura constante, la incertidumbre, lo desconocido y lo que puede ser exigen una atención hipertextual. Competencia bienvenida.

Creer que un mundo distinto implica formas y educaciones diversas, encontrar con las nuevas tecnologías nuevas posibilidades que permitan la elaboración de nuevos conocimientos. Generar un círculo virtuoso que empieza en uno mismo. A mayores conocimientos más disponibilidades que enriquezcan el caldo de cultivo para el pensamiento, la posibilidad y la creación. Innovación, creatividad, emprendimiento, acción. Traspasar el sujeto y reivindicar el agente.

¿Por qué esas imágenes?

Los subtes como emblema de la velocidad ininterrumpida, la comunicación a distancia representada en los celulares e Internet wifi. Los productos en las góndolas de supermercados, con primeras, segundas y terceras marcas que copan todo el mercado como analogía a los modos de ser, desear y hacer personales y homologados.

Facebook, MySpace, Vpod, Blogger, YouTube, MusicOvery, eMule, herramientas de la web 2.0 que revolucionan lo tradicional y permiten comunidades virtuales y el consumidor-productor. Por eso mismo, la secuencia del upload del video a Youtube.

Lost, como emblema de la cultura postalfabética y la edición de planos de corta duración y en cámara rápida, más la música (por su ritmo y letra) para enfatizar el vértigo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Disculpame que salte con cualquier otra cosa, pero vi un comentario tuyo en varios blogs sobre la facu.

La asamblea de estudiantes es una oraganizacion independiente de la federación, que nuclea a los centros de estudiantes.
Si por ejemplo la mayoria de los asistentes a la asamblea votara que no a la toma, entonces las agrupaciones tendrian que desistir de esta por falta de apoyo.

Visionado dijo...

Me gustó mucho, sobre todo por las circunstancias en las que fue hecho (imagino que rápido, con la obligación curricular pero sin la obligación artística). La voz de Karajlic es fantástica. Y el final es perfecto.

Visionado dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.